Por Jesús Seguías (Periodista y Analista Político)
*La otra cara de la moneda desde el lado oficialista: DE ACUERDO A LOS CÁLCULOS del alto gobierno la representación parlamentaria opositora no excederá de cuarenta diputados, además de unos diez disidentes provenientes del PPT y de otras fuerzas políticas. Hasta el pasado mes de febrero la estimación hecha por el gobierno, era la siguiente: veinticinco parlamentarios a la oposición y ningún disidente.(tomado por Paula Giraud de: http://www.enfoques365.net/N11664-carrusel-politico--enrique-mendoza-o-cria-cuervos-y-te-sacaran-los-ojos.html)
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Por Jesús Seguías (Periodista y Analista Político)
Tanto las encuestas como los diversos estudios cualitativos (grupos focales y entrevistas en profundidad) que hemos realizado durante los últimos meses en Venezuela revelan que la oposición está en condiciones de ganar las elecciones parlamentarias de septiembre, especialmente en los estados más poblados del país.
El escenario político venezolano se ha movido muchísimo durante los últimos meses. Veamos:
El escenario político venezolano se ha movido muchísimo durante los últimos meses. Veamos:
1. Las elecciones de septiembre serán de carácter plebiscitario: Los electores votarán por Hugo Chávez o contra Hugo Chávez. Los candidatos, en términos individuales, serán casi irrelevantes. En algunos circuitos, sin duda, el peso de algunos candidatos influirá para sumar votos decisivos. Pero lo resaltante será la confrontación de los dos bloques de poder político: Chávez y los que están contra Chávez. Eso favorecerá a la oposición.
2. En un escenario pronunciadamente polarizado como el que existe, Hugo Chávez ya es minoría. A partir de este momento, “los escuálidos” son los que se visten de rojo. Y ese fenómeno no tiene vuelta atrás. Los pueblos se cansan hasta de los buenos gobiernos, y el gobierno de Chávez lleva más diez años y con resultados mediocres. Está atascado crónicamente. El presidente ya tiene el sol a la espalda. Va en retirada, y eso lo huele todo el mundo. Se irá quedando cada vez más solo.
3. El descontento en el pueblo chavista es cada día más abultado. Sienten que no hay gobierno; que Chávez habla, promete, pero no ven resultados. La pasión de los rojos viene disminuyendo sostenidamente. Y los que se van no regresan más. No se desplazarán a la oposición de inmediato. Quedarán en un campo neutro. No irán más a las marchas, ni a los mítines, ni a las mesas electorales. Se abstendrán otra vez, como en el 2008. Es el gran enemigo de Chávez, y no le alcanzará el dinero para revertir la tendencia.
4. Cada día, el poder chavista se reduce a una inmensa burocracia gubernamental, de dirigentes asalariados. Ni siquiera los consejos comunales tienen capacidad de convocatoria. Cada quien tiene un interés material que defender. El PSUV ya es un partido anquilosado, petrificado y sumiso. No hay discusiones duras sino complacientes con el gran chamán. Su destino no está atado a una propuesta de cambio sino al destino personal de un caudillo. De seguir así, tendrán el mismo final que Convergencia, el partido de Caldera. ¿La verdad? Desde el punto de vista político, huelen tempranamente a formol.
5. Muchos gobernadores y alcaldes comienzan a conectarse con el reclamo del pueblo chavista. Ya comienzan a comprender que otorgar tanto poder a un solo hombre es una pésima decisión, y que ellos no pueden ser unos eunucos políticos, especialmente si han asumido el poderoso rol de revolucionarios. Henry Falcón dio el primer paso (y le quitará votos a Chávez, no a la oposición). El resto está a la espera. Algunos quizás no den el paso de abandonar el barco (porque Chávez les colocó en el cuello la daga del enjuiciamiento “por corrupción”) pero no colaborarán con la misma pasión de antes. Se harán los locos, y harán peso para que Chávez se hunda.
6. Por último, el lunes 26 de Abril, la oposición fue como un sólo bloque a pelear por ganar las elecciones. Han tenido estrategias nacionales de campaña y no locales.
La organización de sus electores cautivos fue decisiva. Y las fisuras que surgieron durante el proceso de escogencia de los candidatos se esfumarán cuando los los opositores descontentos estén colocados frente a una decisión personal histórica: o votan por Chávez o votan contra Chávez. No habrá término medio en esta batalla decisiva.
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