Oscar Pérez,Ex Inspector del CICPC, Cuerpo de Investigaciones Cientificas, Penales y Criminalisticas, ex integrante del grupo BAE, lo mismo que es el SWAT en USA, se declaró en rebeldia en contra del Gobierno de Nicolás Maduro el 27 de Junio del 2017, Dia del Periodista, cuando sobrevoló desde un helicóptro del CICPC el Tribunal Supremo de Justicia con una gran pancarta con el articulo 350 de la Constitución de Venezuela....Desde ese momento pasó a la clandestinidad con otros policias del mencionado organismo y el gobierno lo calificó de TERRORISTA y el 15 de enero del 2018 fue ejecutado extrajudicialmente con su grupo en El Junquito, Caraca, a pesar de haberse rendido y diciendo que se iba entregar....De todo esto hay suficiente material filmado y fotografias en las redes sociales, y que el mismo Oscar Pérez publicara poco antes de ser asesinado....
Asi quedó destrozada con lanzagranadas la casa de El Junquito, Caracas, en donde estaba enconchado el ex Inspector del CICPC Oscar Pérez con otros ex compañeros de trabajo que también fueron asesinados, a pesar de haberse rendidos todos y señalando que habian civiles en ese hogar...Habia una joven mujer en el lugar, que también murió....Hasta la fecha de este escrito,no se sabe cuál será el destino de los restos de Oscar Pérez y de varios de su grupo....El Gobierno se niega entregarlos y de hacerlo,dicen que luego de ser cremados, lo que es ilegal,porque la cremación es una decisión exclusiva de los seres queridos de un difunto y de más nadie, y en casos de accidentes, suicidios o muertes violentas como es el caso de Pérez,NO puede cremarse un cuerpo...
Historia de los sagrados rituales de
los funerales desde Homero en Grecia, hasta el irrespeto de los muertos y de NO
enterrarlos con dignidad en tiempos revolucionarios: La muerte de los nobles
guerreros o de quien fuese, desde la Prehistoria, es un aspecto que ha
preocupado e intrigado al hombre a partes iguales. Ha inspirado a muchos poetas
y escritores, pintores y artistas en general. Pero la mejor forma de descubrir
y estudiar su admiración y respeto por uno de los procesos más duros en la vida
del hombre son sus rituales funerarios. A través de estos el hombre expresa su
dolor por la muerte de un ser querido y pide a su divinidad que su alma no
navegue errante y Caronte los transporte en su barca.
Los protagonistas de la Ilíada y la
Odisea son nobles guerreros que, a través de la muerte, obtendrán la gloria del
héroe gracias al valor y al coraje demostrados en la lucha; unos funerales
espléndidos y públicos colaborarán en otorgarles el kleos, la fama, que los
inmortalizará en la memoria colectiva. Cabe tener
en cuenta que en la Ilíada el llanto no es un signo de debilidad para el sexo
masculino, sino uno de los elementos que constituyen su naturaleza heroica,
siendo esta expresión del dolor una ostentación de fuerza y vitalidad. Es por
esta razón que la tradición heroica del plano masculino ante la pérdida de los
seres queridos perdura en la tragedia ática que permite a sus héroes la
exteriorización de la pena provocada por la muerte.
Con la introducción en Troya del cuerpo
de Héctor, depositado en un carro tirado por dos mulas y conducido por el rey
Príamo, comienza la exposición pública del cadáver en el interior del palacio.
Las protagonistas del lamento funerario son ahora las mujeres más próximas al
difunto: Andrómaca, esposa de Héctor; Hécuba, la madre; y Helena, la cuñada.
Homero deja claro que quien comienza la lamentación es un coro de hombres que
da paso al largo canto de las mujeres. Los poemas homéricos raramente generan
confusión respecto al sexo de los protagonistas, ya que el autor distingue con
frecuencia el femenino del masculino.
La descripción más elaborada e
impresionante de una cremación es la del funeral de Patroclo (Ilíada 18. 343-55
y 23. 12-14, 128 ss.). Primero, el cuerpo es lavado y ungido y se llenan las
heridas con «ungüentos reservados». Luego es vestido y colocado sobre un lecho
engalanado con un velo blanco y los aqueos guardan larga vigilia durante toda
una noche de lamentación (próthesis). Después de que Aquiles haya matado a
Héctor, se reanuda el ritual con los mirmidones llevando sus carros por tres
veces alrededor del lecho. Luego se lleva el lecho en procesión al lugar
escogido para la pira y los lamentadores se cortan los mechones de cabello y
los esparcen sobre el cadáver. Se levanta una gran pira y el cuerpo, envuelto
en grasa de ovejas y bueyes sacrificados, se coloca en la parte superior,
expediente para acelerar la reducción del cuerpo a cenizas.
La pira no ardería propiamente hasta
que llegaron fuertes vientos a la invocación de Aquiles. Luego, cuando el fuego
ardía en la oscuridad, Aquiles vertió libaciones de vino y llamó al alma de su
compañero muerto. Cuando el fuego se había consumido, los huesos quemados del
muerto se recogieron en un cuenco de oro, cubiertos con una doble capa de
grasa, tapados con una tela sutil y colocados en una urna, para ser mezclados
en su momento con las cenizas de Aquiles bajo un mismo túmulo alto (Odisea 24.
77). Mientras tanto se elevó un túmulo más bajo para marcar el lugar de la
pira.
La cremación era enteramente
desconocida en Grecia en el período micénico, pero la inhumación era la
práctica casi universal y siguió siéndolo así en muchas regiones en tiempo
submicénico y protogeométrico. Excepcional caso es el de Atenas, donde la
cremación fue corriente desde mediados del siglo XI a.C. En el geométrico
antiguo todos los enterramientos son cremaciones, pero luego se inició un
movimiento de retroceso hacia la inhumación y en tiempo geométrico tardío las
inhumaciones superan a las cremaciones en proporción de cuatro a uno.
La antigua opinión de que la cremación
fue introducida por los dorios no está apoyada por la evidencia arqueológica
que poseemos actualmente. La tendencia a este tipo de ritual parece haber
llegado de Anatolia a finales del siglo XIII y en el siglo XII. La cremación
era practicada por los hititas, aproximadamente en el 1600 a.C., y parece haber
sido la práctica corriente en Troya VI en la época de su devastación por un
terremoto sobre el 1300 a.C. La necrópolis de Troya VII no ha sido encontrada
todavía, pero podemos suponer que los habitantes mantuvieron la práctica de la
cremación. Es posible que, los sitiadores aqueos de Troya VIIA adoptaran la costumbre
troyana por «ser particularmente apropiado a las condiciones de la guerra en un
suelo extraño». En este caso la tradición épica de que la cremación es el rito
apropiado para el funeral de un guerrero, tendría base histórica. Pero hay que
señalar que no se han encontrado enterramientos micénicos de ningún tipo en la
Tróade.
El criterio de la cremación debis
usarse con precaución. Por ejemplo, las cremaciones del cerámico son diferentes
a las descritas por Homero, en el hecho de que no tienen las características
homéricas típicas del túmulo y la estela. Para encontrar ejemplos de cremación
con túmulo en tierras griegas, se debe descender al siglo VIII. Sus lugares
geográficos están cercanos en fecha y lugar a Homero mismo y una escena como la
del funeral de Patroclo puede haber sido extraída de la vida real. Pero hay una
dificultad en suponer que la imagen homérica del ritual funerario se originó en
el período geométrico tardío. Una opinión semejante parece dejar poco tiempo
para el desarrollo de un sistema de fórmulas funerarias como el que implica la
cremación. El verbo simple «enterrar» (thaptein) es parafraseado varias veces
con «quemar».
Con todo esto, este testimonio debe
contrastarse con el hecho de que la cremación nunca fue el ritual preferido en
todas partes de Grecia al mismo tiempo. En todos los períodos la mayoría de los
enterramientos parecen haber sido de inhumación, ya que Homero nunca describe
explícitamente la inhumación. Algunas de sus frases como «ir bajo tierra» o «la
tierra le sostendrá» se ha dicho que implican la inhumación. Pero no es una
inferencia necesaria, puesto que estas frases pueden referirse al enterramiento
de la urna que contenía las cenizas. Existe por tanto un elemento artificioso
en la imagen homérica. No refleja por completo las costumbres de finales de la
Edad del Bronce o principio de la Edad del Hierro.
La ekphorá es el traslado del difunto a
la tumba. En la cerámica geométrica la ekphorá sólo se representa en tres
ocasiones. Estas tres ocasiones documentan que este proceso era una procesión
suntuosa y pública en la cual el ataúd era transportado en un carro de dos
caballos, seguido por hombres armados y mujeres cerrando la comitiva. Si la
ekphorá está poco representada, aún lo está menos la deposición del cuerpo en
la tumba, que nunca aparece en los vasos geométricos y sólo una vez en los de
figuras negras áticas.
La construcción de un túmulo u otro
tipo de monumento funerario marcaba el inicio del final de las exequias, el
período de anormalidad que seguía a la muerte, y la consiguiente restauración
del orden. Éste era el momento en el que la phyche, el aliento vital, dejaba de
resistirse a abandonar el cuerpo, y la sombra del difunto partía hacia el
Hades, mientras sus huesos se incorporaban a la tierra.
La ceremonia concluía con la erección
de una estela en lo alto del monumento o
enfrente de él, cuya función era conmemorar, de manera especial, al difunto o a
la difunta, pues Homero afirmaba que las mujeres tenían también derecho a una
estela (Ilíada 18. V.435), al mismo tiempo que en Esparta sólo las madres
fallecidas en parto y los guerreros caídos en el campo de batalla eran dignos
de ella.
Tras el retorno a la casa, se realizaba
la purificación de la misma y de los familiares que habían permanecido junto al
fallecido, a causa del contacto con la muerte, limpiándose del miasma mediante
el uso del agua.
La congoja y el miedo frente a la
muerte, fruto de su incomprensibilidad y de la impotencia humana para evitarla,
generaron entre los antiguos griegos la
búsqueda de un culpable que atenuara la
irracionalidad de perecer. Y el imaginario griego diseñó la figura de Pandora,
la responsable de todas las calamidades que aquejan a los seres humanos. De la
lectura atenta del mito griego de la creación del mundo se desprende que la
existencia de los mortales no se inició con los primeros hombres, sino a partir
del momento en que estos sufrieron los males liberados por Pandora, la primera
mujer. Y fue a raíz de que los males se extendieron por el mundo, y con ellos
la muerte, cuando los seres humanos se diferenciaron de los inmortales.
En tiempos revolucionarios, en la
muerte de los enemigos políticos los cuerpos se pierden por tiempo indefinido
de la malvada burocracia o son cremados como hicieron con El Picure, uno de los
delincuentes más peligrosos que tuvo el país hasta el 3 de mayo del 2016, que fue abatido en El
Sombrero, Estado Guárico…
En tiempos revolucionarios, los dolientes mueren dos
veces la muerte de sus seres queridos…Luego de ser asesinados en los peores términos y acusados de
TERRORISTAS, comienza el otro calvario:
QUE LES ENTREGUEN LOS CUERPOS y
enterrarlos o cremarlos con los rituales religiosos y funerarios que consideren
dignos. Los familiares de los fallecidos en tiempos revolucionarios luego de
una primera muerte, les viene otra 2da muerte: NO enterrar a sus muertos o
cremarlos SI así lo consideran.
En tiempos revolucionarios venezolanos, los que
tienen derecho a un funeral grandioso con ráfagas de tiros en la tradicional
Parroquia caraqueña 23 de enero, son los miembros de los “colectivos” radicales afectos al Gobierno desde Chávez hasta Maduro…o los
delincuentes peligrosos que toman calles y avenidas en Caracas para rendirle
honores con armas de fuego y botellas de licores encima de los féretros…Y en
estos funerales tanto los organismos de seguridad y policiales se apartan y se
convierten nada más en espectadores,pero desde lejos en donde los malandros NO
los vean…Yo presencié un funeral
así en el 2016 y me tuve que lanzar al
piso para evitar las ráfagas de tiro de los antisociales. Eso me pasó buscando
comida y papel toilet en un barrio de El Valle, que igual no conseguí.
“Sobreviviendo, a una muerte
suspendida”, la profética canción que compuso Oscar Pérez, y que habla de una
persona que va enfrentando a la muerte. Que tristeza me dá ver el video que les
adjunto....Que en paz descanse y que vuele muy alto...No sabia que "los
terroristas" tenían fundaciones para ayudar a niños con cáncer. Dicen y es
cierto, q la mirada es el espejo del alma ...No encaja en el perfil d un
"un terrorista".
Enlace:
Fuente histórica y fotos referenciales son de Internet: